viernes, 6 de junio de 2014

Una amiga llamada Música

Es mucha la sutilidad con la que la Música entra en nosotros. Y digo música así, en mayúsculas, porque para mí lo merece más que muchos nombres propios.

Sin darnos cuenta una canción, de repente, puede transformarse en la BSO de un determinado momento de nuestras vidas, aunque sea sólo por un corto instante y enseguida haya otra nueva que se haga con el protagonismo.

¿Hoy cuál? ¿Curiosidad eh?
No os digo la canción, sólo un trocito de su letra:
"Soy como una pluma que flota en el aire,
me veo con todo, me veo sin nadie,
no sé de dónde vengo, ni siquiera dónde voy,
no sé lo que llevo, ni siquiera lo que soy".

Y yo escucho esto y sólo me sale pensar: exacto. Es que es eso justo lo que vivimos, lo que sentimos, lo que nos pasa a muchos hoy día ¿no creéis?

Cuando somos niños, afortunadamente, no reflexionamos sobre según qué temas. Nuestra inventiva nos tiene ocupados imaginando mundos, creando vida más allá de lo palpable, y no necesitamos sentirnos identificados o acompañados por nadie, pues a cada rato hemos creado un camino o un amigo irreal diferente, y cuando nos aburre creamos otro y listo.

La cosa cambia algo más tarde, cuando vamos tratando de configurar nuestro alrededor basándonos en unos criterios personales bastante cuestionables.

Yo he oído hoy esta canción varias veces mientras trabajaba, y la letra ha ido calando en mí por momentos.
Porque es así la vida, al menos la que yo vivo. Me veo con todo y me veo con nadie. Descubro sinceridad y traición en cualquier esquina.
Amistades y amores truncados reforzados y suplidos por nuevos amores y nuevas amistades. Una familia originaria, más o menos amplia, según la suerte de cada uno, y una familia "de acogida", esa que no es de sangre pero que tú eliges como familia por ser especial: amigos, mascotas, compañeros del curro...
Todo esto te acompaña a diario y va sufriendo transformaciones a tu gusto. A veces también a tu disgusto.
Te acompaña y te identifica. Te decepciona y te pierdes. Te ayuda y te encuentras de nuevo, y tiras y tiran de ti. Y en esa evolución, y en ese transcurso del tiempo, la inventiva infantil que desapareció en su parcial o total extensión, se sustituye por otra cosa, algo más real pero más doloroso también: buscar tu camino en la vida.
"No sé lo que llevo, ni si quiera lo que soy".

Te metes en cualquier red social y ves justo eso: gente intentando demostrar lo que son. Fotos de su almuerzo, de su último shopping, de sus amigos, de su anillo de pedida... ¿Mostrar o demostrar?

Yo he llegado a la conclusión de que muestra el que es. Demuestra el que pretende ser.

Trato de recordar cuando no estábamos contaminados por esta vorágine de vidas virtuales, cuando nos hacíamos una foto porque el momento así lo merecía, cuando lo que importaba era captar ese momento por tener un valor emocional relevante, estuvieses o no bien vestido o peinado.
Ahora fotografiamos hamburguesas, zapatos y copas de alcohol. Todos eh, yo la primera.
No son actos sinceros, no cuando tenemos 5 capturas del mismo instante.

Y todo esto me lo ha planteado la letra de una canción. Y como dije al comienzo, Música en mayúsculas porque forma parte de mi familia, escogida por y para mí sólo en momentos especiales. Alguien a quien escojo siempre con sinceridad. Una amiga más, a la que hoy le debo una profunda reflexión, la que hoy ha hecho que a partir de ahora sea más selectiva o en lo que soy, y en lo que pretendo ser.


 ¿Cuál es vuestra vida? ¿cuál, vuestra música?

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